Una de las claves fundamentales del éxito se basa en concentrar toda nuestra atención en el presente. Es lo único verdaderamente cierto y real. Las experiencias del pasado solo son aprendizajes para el presente. El futuro no debe ser un anhelo en nuestra imaginación, si algo que construimos ahora.
Las principales causas de nuestra infelicidad no tienen origen en lo que estamos viviendo en el momento, es decir el presente. En la mayoría de los casos, lo que nos hace infelices yace en el pasado (lo que ya se fue y no volverá) o se encuentra afincado en el futuro (lo que aún no es, y no sabremos si será).
No podemos negar que hay situaciones que vivimos en el presente que nos llenan de tristeza y desconsuelo: una enfermedad, la pérdida de un ser querido, un momento de dificultad económica. Estas cosas sólo ocurren en ciertos instantes o períodos de la vida. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, cuando estamos llenos de salud y tenemos la oportunidad de compartir con nuestros seres queridos, tendemos a buscar motivos para concentrarnos en el pasado o en el futuro, dos momento que solo están en nuestro recuerdo y en nuestra imaginación.
Lo único real, lo verdaderamente cierto es el presente. Es allí donde nos encontramos y es sobre lo que hay que estar atentos. Al pasado y al futuro hay que darles su propia dimensión. Del pasado hay que recoger las experiencias y asumirlas como un aprendizaje. Un aprendizaje que nos debe ayudar a abordar con mayor conocimiento y sabiduría el ahora. El futuro hay verlo como una proyección de un presente que visualizamos pero que debemos construir a partir del presente actual.
De nada vale lamentarse por lo que se ha perdido ni arrepentirse de lo que se hizo mal. Es ahora y sólo ahora cuando podemos disfrutar de lo que somos y de lo que tenemos. Y es en este instante cuando tenemos la oportunidad inaplazable de hacer las cosas como las queremos. Así el futuro, cuando llegue, es decir cuando sea presente, será una realidad que hemos construido y no el anhelo que nunca logramos alcanzar.
El único momento que tenemos para disfrutar, amar, sentir y ser, es ahora. Tal y como lo dice esta condundente frase del Dalai Lama:
"Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, creer, hacer y principalmente vivir"
Emperador Romano
La mejor venganza es ser diferente a quien causó el daño.
Exploramos las diferentes maneras como la humanidad, desde la antigüedad hasta el presente, ha tratado de encontrar respuesta a sus inquietudes sobre el presente y el futuro.
